Con la llegada del internet, la manera de vender productos o servicios ha evolucionado a un ritmo bastante rápido. El marketing digital es un buen ejemplo de ellos e incluso ha evolucionado desde su aparición, cada vez más son los canales de venta y promoción en línea a los que podemos acceder, y a su vez, las actualizaciones que cada uno de estos canales sufren con el tiempo.
Pues bien, empecemos por el origen: el marketing tradicional. ¿Te has preguntado de qué va esta forma de vender clásica? Es necesario saber de dónde venimos para entender a dónde vamos y cómo podemos innovar, así que comencemos por entender en qué consiste el marketing tradicional.
De qué va el marketing tradicional
El marketing tradicional es la forma de promocionar o publicitar un producto o servicio a través de los medios clásicos de difusión como la radio, televisión, periódico, vallas publicitarias, etc. Es la forma de marketing como la conocemos desde hace años, antes de la llegada del internet y las redes sociales.
Sus características principales son:
Está pensado para promover masivamente y en un sentido unidireccional. No hay un feedback inmediato con la audiencia, por lo que es difícil medir su alcance real. Pero su alcance es poderosísimo.
Requiere una inversión grande. Los costos de promocionarte en una valla o en un comercial de televisión suele ser altos por todo lo que conlleva su producción.
Se enfoca en el producto y servicios, sus ventajas y valor agregado. No tiene al usuario o consumidor como eje central.
Generalmente las empresas grandes y tradicionales optan por este tipo de marketing como estrategia principal.
La llegada del marketing digital
Con el internet las redes sociales, sitios web, correos electrónicos y tiendas en línea, el marketing digital encontró su espacio. Este tipo de promoción utiliza todas las herramientas que ofrece el internet para no solo aumentar ventas sino generar interacción con la audiencia.
Sin lugar a dudas se sirve de los conceptos básicos del marketing tradicional y se adapta a las nuevas necesidades del mercado. Te contamos sus rasgos más resaltantes:
Se enfoca en la experiencia del usuario con la marca y su interacción para generar ventas y posicionarse. La comunicación es bidireccional, la audiencia puede entrar en contacto con la marca y fidelizar.
Es más específica. Gracias al estudio del comportamiento de la audiencia, su edad, gustos, horarios de conexión, sexo, entre otros, puede adaptar su estrategia de una forma más efectiva. Además, medir su alcance es más sencillo.
La inversión se ajusta a tu presupuesto, no necesitas inyectar grandes cantidades de dinero si aún no tienes la capacidad.
Está en constante evolución ¡eso es lo divertido! El marketing digital mantiene muy activos a quienes se dedican a esto.
¿Cuál escoger?
No se trata de escoger uno por encima del otro, todo dependerá de tu tipo de negocio y los objetivos que deseas alcanzar. Lo que sí es seguro es que debes tener presencia en el mundo digital si quieres crecer y permanecer a largo plazo, para ello es fundamental tengas una buena estrategia de marketing digital.